Crossword clues for luego
Douglas Harper's Etymology Dictionary
Usage examples of "luego".
También vimos cómo los sobrevivientes de los reinos pictos y los atlantes construían su imperio de la Edad de Piedra y luego cayeron en la ruina, enzarzados en sangrientas batallas.
Guía aulló tres veces, y luego rodó alejándose antes de que pudieran atraparlo.
Está hecha con trenzas de mujeres muertas, que yo mismo cogí de sus tumbas a medianoche, y que luego sumergí en la mortífera savia del árbol de upas, para hacerlas resistentes.
Aferrándose a la puerta dorada en busca de apoyo, dio unos pasos vacilantes por la terraza y luego se desplomó de bruces, apretándose la garganta.
Coge tu espada, hombre, y corta mi corazón, luego estrújalo de modo que la sangre fluya sobre la piedra roja.
Corrió por una calle estrecha y zigzagueante, y luego dobló por otra esquina.
Alguien tiró una de las velas, y luego otra, dejando la habitación tenuemente iluminada por la pequeña lámpara de barro que había sobre el mostrador.
Mirad, el humo gris sale en volutas de la habitación y luego se disipa.
Pero a pesar de su ignorancia acerca de todo lo relacionado con los caballos, Conan consiguió tranquilizar a la enorme yegua y luego se montó en ella.
Del cielo raso del túnel excavado en la roca goteaba agua y de vez en cuando los ojos rojos de las ratas los miraban centelleantes desde el suelo, y luego los pequeños animales se alejaban corriendo de los extraños seres que invadían sus dominios subterráneos con chillidos irritados.
El príncipe hizo un gesto para arrancar la flecha y luego, rígido como una estatua, se desplomó del caballo y su casco incrustado de joyas cayó sobre la nieve manchada de sangre.
Uno incluso humedeció un trozo de tela en la nieve y luego lo frotó en el dorso de la mano de Juma.
La bestia se detuvo para observar la cabalgata con ojillos de cerdo y aire estúpido y luego, después de lanzar otro bufido, se internó entre la maleza.
Observó a Conan con una furia demencial, luego sus ojos se enfriaron y le miró con expresión venenosa.
A cada golpe, los condenados se inclinaban sobre el remo, luego se ponían de pie, enderezaban la espalda y se dejaban caer hacia atrás de modo que su propio peso los echara nuevamente sobre los bancos.