Muchachos' abodes

Usage examples of casas.

Fortunately before it disappeared it was seen by a friend of the' family, the Dominican friar named Las Casas who produced a handwritten abstract of the log.

I even went so far as to compare it to the original Las Casas manuscript which is in the Biblioteca Nacional in Madrid.

I compared it to other, authenticated Columbus documents and Las Casas writings.

It, too, ran from Chihuahua to Ciudad Juarez, but along a route well to the west, through such picturesque towns as Cuauhtémoc, Guerrero and Casas Grandes, which had been an important center a thousand years ago, with ancient pyramids and ruined streets still proving how great the pre-Columbian Indians had been.

In this precarious way he rode to Casas Grandes, where some farmers headed for the United States detected him.

The man was making no sense to Tranquilino, who was relieved when the fellow left the flatcar at Casas Grandes.

Then, with howls and blunderbusses, they stormed the flatcars, massacred the soldiers and took possession of the train, sending it north toward Casas Grandes.

Without hesitation Tranquilino said he would do so, but he refused to allow his son to share this considerable danger, and that was why Victoriano was riding in the fifth car when the federal troops sprang their ambush on a curve south of Casas Grandes.

Los miembros de esta tribu pronto abandonaron sus tiendas de piel de caballo y comenzaron a vivir en casas de piedra, construidas en forma primitiva, pero sólidas, y protegidos de esta manera comenzaron un vertiginoso desarrollo.

Hay pocos acontecimientos históricos más impresionantes que el desarrollo del violento y cruel reino de Hiperbórea, cuya gente abandonó casi repentinamente su vida nómada y construyó casas de piedra desnuda, rodeadas de murallas ciclópeas.

Se veían casas miserables de adobe de un piso, que habían quedado reducidas a montículos de barro y escombros.

La salida se halla en un solar en el que se arrojan los escombros y desechos de las casas destruidas.

Era medianoche cuando llegó a la mansión de Nabonidus, que se perfilaba en la oscuridad en los jardines rodeados de vallas que la separaban de las casas adyacentes.

Como ocurría en la mayoría de las casas de ese tipo, había una cornisa en cada piso.

Habitan en los elevados riscos de montañas inaccesibles y no conocen el fuego, ni saben construir casas, ni hacer vestidos, e ignoran incluso el uso de las armas.