The Collaborative International Dictionary
Usage examples of "cobre".
Era un arma aterradora, un sable con una hoja de más de un metro de largo, hecha de hierro azulado y no de cobre ni de bronce, como era de esperar por su antigüedad.
Junto a ellos había alabardas y picas con hojas de cobre apoyadas sobre las paredes o tiradas en el suelo.
La llama vacilante de la antorcha iluminó débilmente los arneses verdosos de cobre a medida que los gigantes se acercaban a los hombres.
Al final sólo quedó una pila de cascos de cobre con plumas, corazas y armas amontonados sobre las losas de la plaza.
Estaba hecho de un metal semejante al cobre, pero más duro, y tenía grabados unos jeroglíficos similares a los de los antiguos menhires del sur de Estigia.
Un complejo sistema de tubos de cobre sobresalían de la pared que estaba encima del disco y se inclinaba hacia abajo en ángulo recto.
Junto al trono, un brasero de cobre despedía un incienso con efectos narcóticos.
To leave Port Royal for Santiago de la Vega and the mouth of the Rio Cobre was simply to cross the entrance to the bay.
The only mulatta, whose name was Caridad del Cobre, identified herself, trembling with fear.
Caridad del Cobre later revealed to the Marquis that Sierva María had given herself over in secret to the lore of the slaves, who had her chew a paste of manajú and placed her naked in the onion cellar to counteract the evil spell of the dog.
The dates and itinerary had already been arranged when Caridad del Cobre woke him from his siesta with brutal news: "Señor, my poor girl is turning into a dog.
Caridad del Cobre told her the little she knew: "The Señor Marquis told us she was going very far away and we wouldn't see her again.
Sus manos, lo recuerdo, solían jugar con una brújula de cobre, que a ratos dejaba en la mesa.
Los mismos callejones de tierra, los mismos huecos, las mismas casas bajas, como para que un hombre a caballo cobre más importancia.
En las puntales páginas de la enciclopedia biográfica titulada Templo del Fuego, ese polígrafo y derviche ha narrado que en un colegio de Shiraz hubo un astrolabio de cobre, "construido de tal suerte que quien lo miraba una vez no pensaba en otra cosa y así el rey ordenó que lo arrojaran a lo más profundo del mar, para que los hombres no se olvidaran del universo".